Un profesor de la ULPGC explica cómo han evolucionado los diccionarios al compás de las tecnologías en The Conversation

Iván Ramírez Sánchez hace un repaso de la historia de este instrumento lexicográfico

El profesor de Lengua Española de la ULPGC, Iván Ramírez Sánchez, firma en la plataforma divulgativa The Conversation un artículo titulado “De la arcilla al móvil: antiguos y nuevos diccionarios”, en el que hace un repaso por la historia de esta herramienta lexicográfica desde sus primeras manifestaciones 4.000 años antes de Cristo hasta la reciente irrupción de la Inteligencia Artificial.

El autor sitúa los primeros protodiccionarios “en la antigua Sumeria, al sur de Mesopotamia, en lo que hoy sería la zona entre Irak y Siria”. Los sumerios conocían la existencia de una civilización anterior, la arcadia, y dedicaron “grandes esfuerzos a traducir términos acadios a su lengua materna. Nacieron así los primeros glosarios, que no hay que confundir con los diccionarios”.

A diferencia de un diccionario, un glosario también conteien y explica palabras “pero de una forma mucho más limitada y, como en el caso del sumerio-acadio, con equivalencias”. Estos primeros ejemplares se hicieron en el material disponible en la época pero que ha demostrado una enorme durabilidad, la arcilla. Algunas de estas tablillas han sobrevivido hasta nuestros días.

Destaca Ramírez Sánchez que “los glosarios y las glosas fueron repitiéndose como forma sencilla de comenzar a aprender lenguas distintas a la propia, al menos en el plano léxico. También evolucionaron los materiales, pues de la arcilla pasamos al papiro manuscrito y, en el siglo XV, a la imprenta”.

Esta invención supuso un cambio drástico al coincidir en el tiempo con el auge del comercio y el transporte marítimo, que propició “la evolución del glosario a los breves diccionarios bilingües y multilingües. Los marineros necesitaban tener una lista concisa y manejable de cómo un término se expresaba en otras lenguas, de ahí la enorme y evidente utilidad de tener un diccionario manual con estas equivalencias”.

Por lo que respecta a los diccionarios monolingües, los encontramos en chino, griego y latín, lo que nos habla de su antigüedad. En español, el primer diccionario con lengua única es el “Tesoro de la lengua castellana” (1611), de Sebastián de Covarrubias, si bien el trabajo de Antonio de Nebrija en el siglo XV ya había sentado las bases para que el español se separara por completo del latín. Posteriormente, la Real Academia Española editaría su propio diccionario, que desde el siglo XVIII hasta la actualidad ha alcanzado las veintitrés ediciones.

El autor cierra el artículo hablando de la inmediatez que supone el uso de las herramientas informáticas y de Inteligencia Artificial, como Google, Siri o ChatGPT, que ofrecen resultados rápidos pero a las que a menudo les puede faltar rigor para captar los matices de un significado en sus diferentes acepciones, por lo que el profesor asegura con rotundidad que “la ventaja del diccionario, la fuente original, es evidente: el acceso a la información es total”.

The Conversation España es el principal canal de divulgación del conocimiento que emana de las universidades. La ULPGC se adhirió en febrero de 2020 a esta plataforma, tal y como se ha auspiciado desde la CRUE-Universidades españolas. Los investigadores e investigadoras de la ULPGC han publicado en torno a 200 artículos en este canal. The Conversation cuenta con ediciones en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Indonesia y África, además de la edición en español.