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Investigadores de ABAS y del IU-ECOAQUA evalúan en La Palma el efecto de las coladas del volcán de Cumbre Vieja sobre las cadenas tróficas marina
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Los primeros trabajos de campo del proyecto TEDYVOL, liderado por el doctor en Ecología Marina Néstor E. Bosch, de ABAS, con la colaboración de investigadores del Instituto Universitario ECOAQUA de la ULPGC, confirman la rápida capacidad de recuperación de los ecosistemas marinos tras la ausencia prolongada de actividades humanas en el área
El proyecto TEDYVOL, acrónimo de ‘Temporal trends in the Energetic DYnamics of reef fishes following a VOLcanic eruption: implications for fisheries management’, tiene como objetivo hacer una evolución temporal de las comunidades de peces y organismos bentónicos tales como las algas en los nuevos arrecifes generados por las coladas del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma.
Este estudio, que lidera la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS), cuenta con la colaboración del Instituto Universitario de Acuicultura y Ecosistemas Marinos Sostenibles (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), y utilizará un enfoque novedoso, recientemente desarrollado en los arrecifes de coral, combinando censos visuales con atributos funcionales y del ciclo de vida de las especies, algo que permitirá cuantificar la cantidad de biomasa (i.e. peso) de peces generada por unidad de tiempo, así como la capacidad de regeneración de las comunidades a través del reclutamiento de juveniles.
Estos indicadores dinámicos aportarán información esencial para hacer un manejo a corto y largo plazo de los recursos pesqueros tanto en las áreas afectadas por el volcán como en las colindantes.
El doctor en ecología marina Néstor E. Bosch, investigador asociado a ABAS, resalta la importancia de cuantificar indicadores dinámicos para comprender la sostenibilidad a medio y largo plazo de las pesquerías de peces costeros.
“A pesar –señala el investigador- de que la comunidad científica reconoce el dinamismo de las comunidades ecológicas, la gran mayoría de estudios de evaluación de impacto de fenómenos extremos”, como es en este caso el volcán de La Palma, “utilizan indicadores estáticos tales como el número de especies (riqueza), de peces (abundancia) y su peso (biomasa)”.
Bosch asegura que “estos indicadores, a pesar de dar una visión general, pueden obviar aspectos sutiles que determinan a medio y largo plazo la regeneración de las comunidades y la sostenibilidad de los recursos pesqueros asociados, tales como la
capacidad de producción como, por ejemplo, a través del crecimiento y la reproducción, y reciclado de biomasa, como el realizado a través del reclutamiento de juveniles y la predación”.
A principios del mes de marzo se llevó a cabo la primera campaña de campo en la isla de La Palma, en la que se realizaron censos visuales de peces y se tomaron fotografías submarinas para estimar la cobertura algal tanto en las zonas afectadas por las coladas del volcán como en otras zonas de la isla enmarcadas dentro de diferentes planes de manejo de los recursos, tales como la zona especial para la conservación ‘Franja Marina de Fuencaliente’, enmarcada dentro de la Red Natura 2000.
Los datos preliminares de estos primeros trabajos confirman la rápida capacidad de recuperación de los ecosistemas marinos tras la ausencia prolongada de actividades humanas en el área, tales como la pesca, con 28 especies censadas en la zona afectada, incluyendo especies de alto interés pesquero tales como el mero, la cabrilla, y las viejas.
El director del grupo de Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del IU-ECOAQUA, Fernando Tuya, colaborador en el proyecto, explica la importancia de esta iniciativa a nivel ecológico, social y económico: “El estudio de los efectos de las lavas del Volcán de Cumbre Vieja sobre las comunidades biológicas marinas es una oportunidad científica inédita, no sólo desde el punto de vista biológico, sino también como forma de generar conocimiento científico básico para la adopción de medidas en gestión ambiental de los recursos marinos”.
Tuya asevera que tras cualquier desastre natural, “es necesario plantear planes de gestión que garanticen la sostenibilidad de los recursos naturales. Dicha toma de decisiones debe fundamentarse en criterios transparentes, objetivos y fundamentados científicamente.”
TEDYVOL, que tendrá una duración de 10 meses, está parcialmente financiado por la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP) a través de su programa de ayudas a la investigación aplicada, recibiendo también apoyo económico de las empresas privadas Satocan, Aguas Minerales de Firgas, S.A., y CaixaBank.