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Investigadores de la ULPGC concluyen que la erupción del volcán submarino Tagoro disminuyó fuertemente el oxígeno disuelto en el entorno marino de la zona


La doctoranda Alba González Vega co-firma un artículo en la revista Frontiers in Marine Science
El volcán submarino Tagoro, que entró en erupción en El Hierro en 2011, “robó” oxígeno al entorno marino de la zona, según han concluido investigadores de la ULPGC en el artículo “Evento severo de desoxigenación causado por la erupción del volcán submarino Tagoro en 2011 (El Hierro, Canarias)” publicado en la revista Frontiers in Marine Science.
Este trabajo está firmado en primer lugar por Alba González Vega, doctoranda del programa en Oceanografía y Cambio Global de la ULPGC, Izar Callery y Magdalena Santana, adscritos a la ULPGC, junto a los investigadores del Instituto Español de Oceanografía Jesús M. Arrieta y Eugenio Fraile Nuez; y J. Francisco Domínguez Yánes, de la empresa DC Servicios Ambientales SL.
Las erupciones submarinas a menudo ocurren en lugares remotos y son difíciles de muestrear y monitorizar, por lo que aún hay mucho desconocimiento sobre los efectos que generan sobre el medio marino que los rodea. El seguimiento del volcán submarino Tagoro ha supuesto un estudio único y de gran impacto a nivel mundial de un volcán activo, desde el momento de su erupción y en los años posteriores. El trabajo dispone de una serie temporal que supera los 10 años, realizando una media de dos campañas oceanográficas al año, en las que se estudian diversos parámetros físicos, químicos, geológicos y biológicos en la zona.
Según la investigación, el volcán submarino Tagoro (El Hierro) durante su erupción en 2011 causó una marcada disminución del oxígeno disuelto en el entorno marino afectado por la erupción. Esto se debe a que el volcán emitía grandes cantidades de compuestos químicos reducidos, principalmente de azufre y hierro, que al entrar en contacto con el agua de mar se oxidan, consumiendo oxígeno en el proceso.
Para alcanzar estas conclusiones, se analizaron datos recogidos en 13 campañas oceanográficas realizadas a lo largo de 8 años (2011-2018), pero centrando la atención en la etapa eruptiva del volcán (2011-2012). En total, se analizaron más de 3500 muestras de agua para la determinación del oxígeno disuelto.
Se encontraron anomalías negativas de oxígeno (desoxigenación) principalmente en los primeros 200 m de profundidad en la columna de agua, con disminuciones de hasta un -96%, en algunos casos llegando a alcanzar concentraciones cercanas a cero (anoxia). Además, esta desoxigenación se observó en un área muy extensa que en algunos momentos pudo llegar a superar los 400 km2, un área mayor que la de la isla de El Hierro. La falta de oxígeno en el medio marino fue una de las principales causas de la gran mortalidad observada en el ecosistema de la zona durante la erupción, junto con otras circunstancias como la disminución del pH y las altas concentraciones de CO2.
Cuando terminó la erupción (marzo-abril 2012), los valores de oxígeno regresaron a condiciones normales. Durante los años siguientes no solo el ecosistema se recuperó por completo, sino que además, el volcán en su fase post-eruptiva (que aún sigue activa a día de hoy) emite grandes cantidades de nutrientes inorgánicos que pueden haber ayudado a esta regeneración, como se describió en otro estudio publicado por el mismo grupo de investigación.
Este estudio aporta un inestimable conocimiento para un archipiélago de vulcanismo activo como Canarias, por cuanto ayuda a analizar el comportamiento y efecto de los volcanes, y por tanto, a mejorar la capacidad de reacción frente a los fenómenos vulcanológicos.