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Investigadores de la ULPGC lideran un estudio sobre las tendencias de alimentación de los niños y jóvenes españoles
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*Concluyen que hay una menor presencia de la dieta mediterránea en sus hábitos alimenticios, aunque, en contrapartida, aumenta el consumo semanal de algunos alimentos como el aceite de oliva virgen, los lácteos, los frutos secos o la pasta y el arroz.
El grupo de Nutrición del Instituto Universitario de Investigaciones Biomédicas y Sanitarias (IUBIS) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha presentado las conclusiones del estudio ‘Tendencias en la Adherencia a la Dieta Mediterránea de los niños y adolescentes españoles a lo largo de dos décadas’, impulsado por la Fundación Gasol, y que tiene por objeto evaluar la evolución de la obesidad infantil en España, con especial atención al impacto que la pandemia ha podido generar en los hábitos de alimentación y vida de los menores.
El estudio ‘Pasos’, que aglutina a más de 22 organizaciones y grupos de investigación de universidades españolas, entre los que destacan, entre otros, el Centro de Investigación Biomédica CIBEROBN del Instituto Carlos III, aborda varios de los principales aspectos causantes de la obesidad. El grupo de investigación de la ULPGC lidera los aspectos relacionados con la dieta alimenticia de los jóvenes.
En este último estudio, publicado en la revista científica Nutrients, los investigadores de la ULPGC, LLuís Serra, Almudena Sánchez-Villegas, Estefanía Herrera-Ramos y Laura Tomaino han evaluado a más de 4.500 niños y adolescentes españoles durante los años 2019 y 2020, tras haber desarrollado el mismo estudio hace 20 años, con el objetivo de conocer la tendencia de hábitos alimenticios en España durante las últimas dos décadas.
En sus conclusiones se desprende que, en términos generales, el peso de la dieta mediterránea en los hábitos alimenticios de los menores ha empeorado si se compara con los resultados obtenidos en los años 1998-2000. Concretamente, se percibe que, en la actualidad, el consumo de los productos integrados en la dieta mediterránea es menor en las chicas que en los chicos, ya sea entre los escolares de Educación Primaria como entre los de Educación Secundaria.
Por regiones, también destaca que Andalucía y Canarias son las comunidades autónomas que registran un menor consumo de los alimentos saludables integrados en la dieta mediterránea. En este sentido, el estudio pone especial atención al dato de que en aquellas familias donde sus progenitores tienen estudios universitarios, este descenso no es tan acusado.
Entre los alimentos que tienen un menor consumo que hace 20 años se sitúan las frutas, el pescado y las legumbres. Además, se percibe un aumento en el consumo regular de bollería y pastelería, pasando de un 12% en el año 2000 a un 32% en el año 2020. A ello se suma el aumento del porcentaje de niños que de manera semanal acuden a comer a restaurantes fast food, de un 3% a un 22%.
Sin embargo, el estudio también enfatiza algunos aspectos positivos en la tendencia de las dos últimas décadas: aumenta el consumo de frutos secos (de un 42% a un 52%) varias veces a la semana; el consumo de platos de pasta o arroz (de un 33% a un 49%); el uso de aceite de oliva (de un 74% a un 91%) o la ingesta de yogurt y quesos, que asciende de un 47% a un 78%.
El objetivo del estudio ‘Pasos’ es tener una radiografía precisa sobre la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en la población infantil, con el fin de combatir sus causas con políticas eficaces para este problema de salud pública.