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Alejandro Morán, titulado por la ULPGC, finalista en el Concurso de Arquitectura de Berlín por el diseño de un hotel en Bali
"Los alumnos que hemos estudiado en la ULPGC tenemos una cualificación tan buena o más que otros arquitectos del mundo"
Alejandro Morán Hurtado, titulado en Arquitectura por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e hijo de Manuel Morán, ingeniero industrial y profesor de la ULPGC, ha diseñado y construido un hotel de Bali (Indonesia), que se ha clasificado entre los doce finalistas del concurso internacional de arquitectura de Berlín World Architecture Festival, uno de los más reconocidos mundialmente. Sólo media docena de edificios han participado en la fase final del concurso, de más de 4.000 presentados en todo el mundo, y en estos momentos se está a la espera del fallo del jurado, según informan Canarias Ahora y El Diario.es.
El joven arquitecto de 36 años estudió la carrera en la ULPGC, donde obtuvo una beca que le permitió estar un mes en Los Ángeles y salir a Italia. Terminó la carrera en 2005 y a partir de ahí empezó a trabajar, primero en Gran Canaria hasta 2009, entre otros estudios en el de Casariego-Guerra. Joaquín Casariego, fallecido el pasado enero, era Catedrático de la asignatura de Urbanismo en la ULPGC.
Por medio de conexiones con amigos, decide trasladarse a Singapur, para huir de la crisis que ya se notaba en Europa. El 1 de octubre de 2015 inauguró, como diseñador jefe, un hotel en Bali donde ya llevaba cinco años demostrando su cualificación para competir sin complejos en cualquier parte del mundo.
Su equipo de estudio arquitectónico es finalista para los premios WAF de Berlín de este año 2016. En su caso bajo la categoría de Hotels & Leisure (hoteles tranquilos de esparcimiento, ocio y tiempo libre). El estudio de arquitectura es URBnarc y el hotel seleccionado se llama Alila Seminayk, ubicado en Bali. Entre los seleccionados también hay otro canario, el tinerfeño Fernando (Martín) Menis, hermano del que fuera presidente del Gobierno de Canarias Adán Martín, por un auditorio construido en Polonia.
Alila Seminyak es el hotel de lujo cinco estrellas, en Bali, en el que Morán trabajó como lead designer (diseñador principal) y en el que se invirtieron 40 millones de dólares. El hotel cuenta con 250 habitaciones, incluyendo un ático de 800 metros cuadrados con piscina propia. El edificio, inaugurado en octubre del año pasado, tiene 40.000 metros cuadrados construidos y no más de cuatro plantas ya que se encuentra en una zona muy cercana al mar y con limitaciones normativas de altura.
El edificio del hotel Alila Seminyak ha ganado tres premios internacionales en el International Property Awards for Architecture & Design y ha obtenido el certificado EarthCheck en Building Planning and Design Standards.
Después de realizar este edificio, Alejandro Morán ha llevado proyectos en Sri Lanka, en Malasia y en Australia. Y desde 2015 colabora con el mismo estudio de Singapur desde Gran Canaria.
En la entrevista que publican Canarias Ahora y El Diario.es, Alejandro Morán asegura que los titulados en Arquitectura de la ULPGC tienen muy buen nivel, equiparable a los de otros países europeos. “Tuvimos suerte porque formamos un buen grupo en la Escuela, salimos muy bien preparados. El único hándicap puede ser el inglés. Por lo demás estamos muy cualificados, a veces superior a algunos de allí. Los que estudiamos aquí lo hicimos por el plan viejo, que era como estudiar tres carreras juntas: arquitectura, urbanismo y la ingeniería del calculista de estructuras. Estudiamos tres carreras en una, pero allí están separados todos estos estudios”.
“Parecía que lo lógico era que hiciera ingeniería porque mi padre es ingeniero industrial y da clase en Teleco e Ingeniería Industrial, pero en segundo o tercero de BUP me dio por el dibujo y tuvimos la suerte que nos dio dibujo técnico un profesor de la Escuela de Arquitectura, Juan José Carballo, que desgraciadamente falleció”.
A través de este profesor un grupo de amigos fueron a conocer la Escuela de Arquitectura de la ULPGC cuando cursaban el COU. “Nos llevó el profesor Carballo y al final hubo una sinergia y nos metimos todos en Arquitectura. Éramos una piña muy ilusionada”, concluye Alejandro Morán.